sábado, 7 de julio de 2012

Hoy mis lágrimas se quieren suicidar.


Hoy no he tenido tiempo de respirar, así que mañana lloraré.
Lloraré por los judíos muertos,
por los nazis vivos.
Lloraré por los marginados y
por aquellos que marginan.
Lloraré por los mandados al ejército,
por sus madres preocupadas.
Mañana lloraré por las etiquetas y
por aquellos que son etiquetados.
Lloraré por todos los corazones muertos,
por aquellos que han sido asesinados.
Lloraré por tu ausencia y por tu presencia,
por aquellos que están ausentes aún estando presentes.
Lloraré por mí y
por ti,
por todos ellos que no han llorado.
Lloraré por los abrazos no correspondidos y
por aquellos abrazos que nunca fueron dados.
Lloraré por las bandas inspiradoras,
por los que fueron inspirados,
por los que no encuentran la inspiración y
por los que la encuentran en la droga.
Mañana lloraré por el hambre,
por la sed.
Lloraré por el calor que hace y
por el frío que puede llegar a hacer.
Lloraré por las anas,
lloraré por las mías.
Lloraré por el amor y por el odio,
incondicionales los dos.
Lloraré por los toros muertos en plazas,
por los animales abandonados y
por aquellos que abandonan.
Lloraré por el preso inocente y
por aquellos que son libres aun siendo culpables.
Lloraré por las flores marchitas,
por las semillas por plantar.
Lloraré por los prejuicios,
por los complejos.
Mañana lloraré por mí y
por ti,
por todos ellos que no han llorado.
-Ana Fernández.