lunes, 30 de junio de 2014

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No me gusta la vida porque la vida está formada por cosas incompletas.

Momentos que no llevan a nada y conversaciones inacabadas. 

Preguntas mal formuladas y respuestas inconclusas.

La gente piensa que la vida es corta y que los días son insuficientes. 

El problema es que el tiempo pasa y no se hace nada.

Y lo que se hace, se deja sin terminar.

                       

He pensado mil veces en la muerte. En mi muerte. Y si muriese, quisiera morir en un instante, como el choque entre dos meteoritos sin rumbo; un the end de apenas un segundo tras horas de película; un instante como el big-bang, como el pasar la última página de un gran libro o un olvidar.  

Tras mi muerte vendría mi funeral y (quizá suene extraño) siempre he imaginado a mi madre en él. Nadie llora y los Smiths suenan de fondo. Es un funeral casi vacío pero no íntimo. A lo mejor, el aire que se respira sea hasta incómodo. Aunque todos sepan cómo morí, nadie deberá saber por qué. Y eso incomodará a los invitados. Pese a que mis padres están en mi funeral no fueron ellos los que llamaron a la gente para hacerles saber. Todo el mundo lo supo en cuanto pasó. Algo se lo dijo, algo en ellos los avisó, pero nadie se lo creyó hasta el día de mi funeral. 

Nadie publicará nada lo que escribí y de ello sólo quedará un minúsculo lugar en algún disco duro de Google.


                       

Me llamo Ana Teresa Fernández Peiró. 

Hoy cumplo dieciséis años.

Y ya que vivo, que se por y para algo

martes, 24 de junio de 2014

Un beso, un escalofrío,
un gato, un libro nuevo,
un "te necesito" y
un "ya no te recuerdo".

Una tarde de invierno en pleno verano,
un soneto aún caliente y
tantas cosas por decir...

¿Es que no me ves?
Me estoy yendo,
me estoy dejando llevar.



Y no sé, no sé, si querré volver

miércoles, 11 de junio de 2014

Te doy mis ojos (editado)

Te doy mis ojos
y con ellos te regalo mis recuerdos,
que ya no los quiero,
que ahora me duelen,
que me desgarran por dentro
cual fiera domada
que ya está harta de su jaula.

Te doy mis ojos,
repletos de días soleados,
de noches nubladas,
de secretos no escritos
y de aquellos amores
que todo eso vieron.

Te doy mis ojos,
maquillados por el tiempo
adornados con sutiles ojeras
y camuflados por un guiño solitario.

Que ya no quiero ver más
que ya he visto demasiado
que ya no me gusta lo que veo
y no me queda nada por ver.

Te doy mis ojos,
y con ellos llévate mi futuro;
llévate a mis hijas,
ellas ciegas también,
que no quiero que vean
lo que ahora es este mundo.

Que no quiero más que oigan,
que atiendan y aprendan
escuchando no más que poemas
que hablen de sentimientos ciegos,
que ciegamente hagan sentir
los colores vivos,
el arte sobre el lienzo
y la que es tu belleza eterna.


martes, 10 de junio de 2014

Dos cero uno uno (soneto de emergencia)

Baja la callejuela don Juan
buscando, asustadizo él,
un dulce sitio donde también 
su pequeño corazón guardar.

Sube la callejuela María,
tarareando la canción triste,
volando el vestido que viste,
y ve a quien al tiempo no veía.

¿Te acordarás tú, mi don Juan,
de cada una de las noches en las
que tu infante corazón me amaba?

¿Te acordarás, María de nadie,
de las mañanas en las que éste
prometía siempre esperarte?


2 de septsiembre, hazme una señal si esto lo entiendes.

Dios está con nosotros

lunes, 9 de junio de 2014

Amantes conformistas

Aunque no te vea me conformo con que existas 
y aunque no me escribas
me conformaré con que me leas 

Y es que la vida no es más que amor 

y noches en vela, 
deseando que en una de éstas llegue un poeta

contándome en romance de mil versos 

que aunque yo ya no exista él me seguirá escribiendo 

viernes, 6 de junio de 2014

Cuentos tristes

Erase una vez, un bosque.

Erase una vez, la inocencia.

Erase una vez, un camino
sin caminantes
y miles de tranquilos animales.

Erase una vez, la humildad
y la humanidad.

Erase una vez, todo,
menos la poesía que siempre será
y el amor que ahora es.