Bueno amiga,
te dejo ya que me tengo que preparar:
he quedado con un muchacho de Instagram.
Parece simpático,
ve Netflix y viaja;
no me ha tirado la caña,
parece normal.
Estoy nerviosa, pero da igual.
Mañana te cuento al despertar.
💔
Le veo de lejos; está con unos amigos.
Cuando me acerco sus amigos no me miran;
y él no para de hablar sobre sí mismo.
Sigo callada y de vez en cuando me río;
intento no parecer sosa,
intento parecer normal,
quiero ser yo misma,
pasármelo bien y hacer un nuevo amigo.
Me cuenta que soy la primera que le habla por una red social.
Qué raro cuando me hablaste, dijo bueno a ver qué pasa; me puse contento.
Me dice que una antigua compañera mía estaba loca por él.Hmmm. Ya. Lo normal.
Me recalca que su ex era una perra.
No dejaba de pasarme fotos desnuda, la muy asquerosa. Y eso que yo le decía que no.
¿La bloqueaste?
No.
Se ríe diciendo que él no cree en la religión: él hubiese matado a la Virgen.
¿Qué?
Por la calle saluda efusivamente a todo tipo de gente.
No soy presuntuosa, no me importa, supongo que es normal.
Pero, amiga, con tantos conocidos, ¿cómo hemos acabado solos en un parque?
No me gusta su manera de pensar.
Le digo que no creo en la violencia.
Se ríe. Me cuenta otra historia.
No me gusta su manera de ver las cosas.
Le digo que no le creo.
Ya no se ríe.
Bueno, supongo que es normal.
Me encuentro mal.
Cada vez peor.
¿Cómo puede ser? No he bebido casi nada.
Me siento muy rara. No escucho bien, veo borroso.
Me cuesta andar, me cuesta estar erguida.
Por favor, vamos a un bar.
Voy al baño.
Cuando vuelvo, todo es peor.
No me mira; habla con otro conocido. Éste está rapado y deja ver su cabeza tatuada.
No soy presuntuosa, pero no me puedo mantener sentada en el taburete.
Creo que se ha dado cuenta. Ah, no. Viene a tocarme la cintura.
Voy al baño.
En el espejo, no estoy yo. Mi reflejo me mira bastante enfadado. ¿Normal?
Tengo que salir de aquí.
¿Es así cómo empiezan las chicas que aparecen en los telediarios?
Me tengo que ir.
¿Cómo?
¿Estoy loca?
Estoy loca, seguro que es todo normal.