lunes, 23 de noviembre de 2015

Bang bang

Me encanta;
has sido capaz.

Hace un millón de latidos que te ofrecí la mejor arma
para disparar, apuñalar y ahorcar a este enfermo corazón.

No es un asesinato,
sino una salvación.

Gracias por devolverme el sabor de las balas de plata;
se me había olvidado lo rico que sabe el desamor.

Ahora que por fin hemos conseguido pararme,
el renacer será magnífico:

vuelve el fénix, con más fuego que nunca.




lunes, 9 de noviembre de 2015

Cercanías

No te vayas.
No seré capaz de tenerte lejos.
¿No lo ves?
No sobreviviré.

Te necesito.

Me escuecen los labios
de los besos que no me estás dando,
y se los das a otra.

Entiendo que ella te quiera.

¿No te das cuenta?
Cada vez que te vas
mi corazón para
y se me olvida cómo respirar.

Te necesito aquí.
Cerca.
Más cerca.
Más cerca...

No hay vida si coges ese tren.

Atocha

¿Te acuerdas de cuando éramos
capaces,
feroces,
felices?

¿Te acuerdas de cuando nos
escribíamos,
acariciábamos,
amábamos?

¿Te acuerdas de cuando nos creíamos
indivisibles,
imprescindibles,
invencibles?

¿Te acuerdas de cuando no tenías
que coger un tren,
marcharte,
y dejarme?

Yo me quedo aquí...
Acuérdate de que te espero.

Chamartín

Desde que sé que te vas a ir,
he pensado
y planeado
mil formas de olvidarte,
de no llorarte
y de no quererte.

Pero una rosa no es nada sin sus espinas;
no hay mareas si no hay mar;
no hay vida desde que sé que no vas a estar.

Lo siento; soy pesada.
"Tranquilo, no pasa nada."

Me tumbaré aquí,
donde tú y yo solíamos estar,
y respiraré despacito
para no hacer ruido,
para no molestar,
para ser, de nuevo, una más.

El Barrial

Hoy han venido a verme
todas mis musas y demonios.
Me han dicho
que les has contado
que ya no me quieres.
¿Cómo?

No estoy enfadada;
creo que tampoco triste.
Pero, dime, ¿cómo?

Te necesito,
pero por ti, seré capaz de vivir así.
Sólo dime, ¿cómo?

No siento celos,
no siento despecho.
Pero, ayúdame:
¿cómo me conseguiste olvidar?

lunes, 2 de noviembre de 2015

Universidades

Pensad que a los que estamos en Jaén
nos cubre el mismo cielo
que a los que están en Zaragoza,
en Valladolid,
en Granada,
y en Madrid.

Pensad que,
por suerte o por desgracia,
a fin de cuentas es el mismo planeta
y que todo se puede hacer fácil
(si de verdad se quiere).

La lluvia que ahora nos moja a nosotros,
hace unas horas les mojó a ellos;
así que disfrútala e imagina
que son sus dedos los que te acarician la cara,
y es su voz la que te hacen humedecer.

Si dos personas se quieren,
nada más importa;
ni la distancia,
ni el precio,
ni las tardes lluviosas...

Si las dos personas se quieren.