miércoles, 9 de agosto de 2017

Vida

La vida es instante
y se me va
¿Acaso la vida
es menos vida
cando no hay amor?
¿Es el amor
quien la vida nos da
o es la vida
la que conlleva amor?

Se nace amando
antes que viviendo

Y no será posible
vivir sin amar
y es amando
como la vida damos

El mundo sigue girando
y sólo pienso
en quedarme de tu mano
viviendo,
cayendo,
amando.

Buenos días

¿Buenos días?
Buenos días fueron ayer
y buenos días serán mañana
porque buenos días son cuando te veo
y cuando de lejos oigo tu corazón latir

Madre mía, ¿y qué decir?
Tu risa hace resucitar
a las mariposas que murieron hace años
y tengo que apretar fuerte los labios
para que lo que me da vida
no se me escape

Que yo sé que tú ya no piensas en mí,
que no es a mí a quien miras,
que no soy yo de quien hablas,
pero sin decir nada, amor,
eres tú quien me da los buenos días




He rescatado una libreta del 2014 donde escribía poemas como éste. He tenido muchos meses de delirio mental, desenfreno cannábico y vacío poético. Ya escribí sobre él, pero lo vuelvo a repetir: a mi duende lo mató bachiller. Niños, haced caso a vuestras madres y profesoras: hay que leer. La lectura me ha devuelto a la vida. Porque leer lleva a escribir y escribir es lo que me mantiene sana. A mí y a otros locos. Stephen King nunca falla, pero recomiendo también leerse a uno mismo en el pasado. A veces, no hay mayor inspiración que uno mismo... Buenos días a mi yo del dos mil catorce, tres años de sueño intranquilo después.

domingo, 6 de agosto de 2017

Hiroshima

Hoy,
setenta y dos años después
de que Estados Unidos
lanzara la primera bomba atómica,
he soñado contigo.

He soñado con tu sonrisa,
he soñado con tus manos.

He soñado con tu risa,
he soñado con tus caricias.

He soñado con tus ojos,
he soñado con tu pelo.

He soñado con tu mirada,
he soñado que me querías...


Tú,
como una arma de destrucción masiva,
y yo,
como Hiroshima.