A lo mejor,
con suerte,
1 palabra nos vale: perdóname.
Si no,
si las cosas ya han cambiado demasiado,
quizás valgan 2: te quiero.
Quizás,
algún día podamos entendernos
y en sólo 3 palabras decirnos "te eché menos".
Pero,
si nada funciona,
siempre nos quedarán 4 minutos:
para mirarnos a los ojos,
para desnudarnos,
para sentirnos de nuevo.
Cuatro minutos. Que con suerte. Se convierte en toda la vida.