martes, 29 de mayo de 2012

Si nosotros ardemos, tú arderás con nosotros.

Complicado.
Hay demasiados tipos de felicidad, tantísimos que no se pueden ni nombrar. Ni siquiera los vas a llegar a conocer todos, aunque quieras, ni oler. Cada sentimiento es un tipo distinto de felicidad; cada persona tiene sentimientos distintos. Jamás vas a encontrar a alguien que viva con el mismo rencor que otra, ni a un alguien que sepa como se siente otra persona exactamente. Pero se puede intentar comprender. Siento no adjuntar un manual de instrucciones aquíExisten demasiadas diferencias entre seguridad, complicidad, diversión, amor, tristeza, compasión y demás. Pero, ¿acaso no están en ellos lo que los seres humanos andan buscando con tanto afán? ¿No es el frío la ausencia del calor, pues la tristeza es la felicidad ausente? 
Aunque pura lógica.
 -¿Quién entiende a un suicida?
-Nadie.
-Otro suicida. 


Hemos vuelto a decir te quiero.

lunes, 28 de mayo de 2012

VER, OÍR Y CALLAR.

Atenta a esos símbolos representando el infinito en muñecas, tobillos, estados, fotos y tablones. No consigo ver más allá de una esperanza vana, pues lo eterno nos confía la inmortalidad, y, ¿quién no tiene miedo a la muerte hoy? Curioso como despreciamos la vida en sí, temiendo su final al mismo tiempo. 


-Querido, ¿sigues el compás? ¿Oyes a la música hablar? La batería saca tema, la guitarra te canta y el bajo te susurra, ¿les escuchas? Hablan de quién eres, de quién es tu pesar, de quién, tu respirar. Querido, ¿oyes el compás? Como el corazón que late.


sábado, 26 de mayo de 2012


<< (...) Cuando miramos en dirección A, a 90º hacia el disco, no vemos muchos estrellas. Pero al mirar en la dirección B vemos muchas más estrellas porque miramos hacia la masa central de la galaxia. Y como la galaxia es un disco, lo que vemos es una franja de estrellas. 
Entonces pensé que durante mucho tiempo a los científicos les había desconcertado que el cielo sea oscuro por las noches pese a haber billones de estrellas en el universo, pues hay estrellas en todas las direcciones en que uno mire, así que el cielo debería estar lleno de luz estelar porque no hay casi nada que impida que la luz llegue a la Tierra.
Entonces descubrieron que el universo está en expansión, que las estrellas se alejan rápidamente unas de otras desde el Big Bang y que cuanto más lejos están las estrellas de nosotros más rápido se mueven, algunas de ellas casi a la velocidad de la luz, y eso explica por qué su luz nunca nos llega. 
Me gusta este dato. Es algo que podemos comprender al mirar el cielo por la noche, pensando, sin tener que preguntárselo a nadie.
Cuando el universo haya acabado de explotar, las estrellas disminuirán su velocidad, como una pelota lanzada al aire, hasta detenerse y volver a caer hacia el centro del universo. Entonces nada nos impedirá ver todas las estrellas del mundo porque todas vendrán hacia nosotros, cada vez más rápido, y sabremos que pronto llegará el fin del mundo porque al alzar la mirada hacia el cielo por las noches no habrá oscuridad, sino la luz resplandeciente de billones de estrellas que se acercan. Sólo que nadie verá eso porque ya no quedarán personas en la Tierra para verlo. Para entonces seguramente ya se habrán extinguido. Y en el caso de que queden algunas no lo verán, porque la luz será tan brillante y ardiente que todas morirán abrasadas, aunque vivan en túneles. >>


-El curioso incidente del perro a media noche. Capítulo 17. Mark Haddon.

Y alarguémosla el tiempo que necesitemos.



Nos sobraban las ropas y nos faltaban condones, cada caricia era un escalofrío y los consecuentes pelos de punta, la sonrisas cómplices y las miradas ciegas. Y aunque con los labios ensangrentados, desgastados de morder seguíamos besándonos y no por puro agotamiento teníamos menos ganas. Tuvimos la oportunidad de morir siendo uno y aún así decidimos vivir eternamente el uno para el otro. Un "no te vayas" cuando miró y un "ni me lo repitas" cuando correspondí. Había abrazos tan pesados flotando en el aire que el oxígeno luchaba por su lugar en aquella habitación, y ganara quien ganase en aquella estúpida batalla nos parecería bien, pues no dejaríamos que nada fuera mal en aquellas escasas horas. Que serían pocas pero fueron nuestras. 

Hagamos una pausa.



Y entonces hubo un sin miedo a las guitarras, un qué más dará mañana. Hubo noches y hubo días, calles vacías y un pub a reventar. Hubo de todo para todos y si te quedaste sin nada fue porque quisiste. Hubo de todo en un segundo, miradas que se repetían 60 veces por minuto para hacer de esta puta vida la más jodidamente bonita. Y suena otra vez mi alma de fondo, haciéndome ver el por qué de mi locura, pero cuando estoy a dos milímetros de ella y mi eternidad, la alarma suena y vuelven las Matemáticas a primera.