lunes, 28 de mayo de 2012

VER, OÍR Y CALLAR.

Atenta a esos símbolos representando el infinito en muñecas, tobillos, estados, fotos y tablones. No consigo ver más allá de una esperanza vana, pues lo eterno nos confía la inmortalidad, y, ¿quién no tiene miedo a la muerte hoy? Curioso como despreciamos la vida en sí, temiendo su final al mismo tiempo. 


-Querido, ¿sigues el compás? ¿Oyes a la música hablar? La batería saca tema, la guitarra te canta y el bajo te susurra, ¿les escuchas? Hablan de quién eres, de quién es tu pesar, de quién, tu respirar. Querido, ¿oyes el compás? Como el corazón que late.