miércoles, 6 de marzo de 2019

Luz

Entre piti y pitillo,
hay una vela que alumbra,
bien sabia
y bien amplia,
todos los caminos rotos,
las veredas más feas,
los atajos más pedregosos
y las vidas maltrechas.

Contracorriente,
corriendo de frente a cualquier viento,

sonriendo.

Abuela

Hoy te pienso,
he sacado tiempo
de los herméticos relojes de arena
para pensarte y
así tenerte presente.

Porque presiento que te vas,
que te vas a alejar sin
que nada ni nadie lo pueda evitar.

Te mereces mucho más
que todo el tiempo que yo te pueda dar.
Tu vida no ha sido lo que has merecido al final.

Si la gente supiese que aún todavía existe gente tan buena...

Vuelves a hacerme creer en la vida, abuela.