miércoles, 11 de junio de 2014

Te doy mis ojos (editado)

Te doy mis ojos
y con ellos te regalo mis recuerdos,
que ya no los quiero,
que ahora me duelen,
que me desgarran por dentro
cual fiera domada
que ya está harta de su jaula.

Te doy mis ojos,
repletos de días soleados,
de noches nubladas,
de secretos no escritos
y de aquellos amores
que todo eso vieron.

Te doy mis ojos,
maquillados por el tiempo
adornados con sutiles ojeras
y camuflados por un guiño solitario.

Que ya no quiero ver más
que ya he visto demasiado
que ya no me gusta lo que veo
y no me queda nada por ver.

Te doy mis ojos,
y con ellos llévate mi futuro;
llévate a mis hijas,
ellas ciegas también,
que no quiero que vean
lo que ahora es este mundo.

Que no quiero más que oigan,
que atiendan y aprendan
escuchando no más que poemas
que hablen de sentimientos ciegos,
que ciegamente hagan sentir
los colores vivos,
el arte sobre el lienzo
y la que es tu belleza eterna.