domingo, 5 de octubre de 2025

V arios

 I

Estoy tranquila porque 

ahora sé

lo que puedo controlar y lo que no.

Estoy tranquila porque

no estoy sola

y mis ángeles me guardan las espaldas.

Estoy tranquila porque

nadie me juzga

o, al menos, ya no me importa. 

Estoy tranquila porque

ahora distingo

la realidad de lo que mi mente me haría creer.

Estoy tranquila porque

no me miento

    busco

y       -     lo que merezco. 

     tengo


II

¿Habrá otro planeta habitable?

Si lo hubiese, ¿no sería lógico que ya estuviera habitado?

¿Sentirán ellos el mismo  hastío por tener que compartirlo?

¿Pedirán allí deseos a las pestañas en la mejilla?

¿Dependerá también su autoestima de las palmaditas en la espalda?


III

Hay personas que te hacen sentir bien sólo con estar al lado. Y hay personas que, todo lo contrario: te hacen sentir mal. Su manera de hablar, su forma de mirar. 

Las personas tienen, siempre, la opción de ser buenas. Tienen, siempre, la posibilidad de elegir serlo. 

Vivir en este mundo implica aceptar que existen personas que toman el camino contrario, y eligen ser malas. 

Hay caracteres, hay genios, hay personalidades. Hay personas que encajan, y hay piezas solitarias. 


IV

No soy perfecta.

No esperan de mí que lo sea.

Si lo esperan, está fuera de mi alcance. 

Las expectativas deben ser realistas. 

Teniendo en cuenta de lo que hablamos: humanos.

Hemos llegado aquí, error tras error. 

¿Quién preferiría tratar con un robot?


Mal de muchos, no me consuela.

Pero ayuda no sentirse solo. 

Lección aprendida, nivel superado: sigo viva y nadie ha salido perjudicado.


Me comparo con personas mayores que yo.

Con personas con mas experiencia que yo.

Con personas con más tranquilidad que yo.

Cambio esta comparación injusta,

me quedo con la admiración.

Las tomaré de ejemplo.

Agradeceré su tiempo y el aprendizaje. 

Iré más despacio, observando el paisaje.


Nome cambio por ninguno de ellos. 

Me gusta quién soy:

Me equivoco y pido perdón. 

Me equivoco y corrijo.

Me equivoco y lo comparto.

Me equivoco y lo acepto.

Me equivoco y aprendo.


Me volveré a equivocar.

Quizás, hasta en lo mismo. 

Y sólo así llegaré a tener su experiencia. 


Me equivoco y me perdono.


V

No me gusta esto que siento: profunda soledad y desasosiego. 

No quiero escuchar a nadie y por nada tengo ilusión. 

No hay sentido para la vida pero de qué serviría morir ahora. 

Levantarme cada día y acostarme por igual. 

¿Es necesario justificar mi existencia? ¿Sería posible hacerlo?