¿A qué vienes, frío?
¿A qué vienes, muchacho?
¿No vendréis buscando el amor?
¿A qué vienes, calor?
¿A qué vienes, muchacho?
Si sabéis que el amor se me perdió.
Y si venís a matarme tomen velocidad,
tal y como haría un buen escritor,
corriendo y sin pensar.