Por favor, no piensen que esto es fácil para nosotros. Nos ha llevado días, incluso meses (no se crean que demasiados) pero, al fin, hemos llegado a una conclusión común: las personas cambian, aunque la sorpresa es que no cambian con el tiempo, sino con la compañía. Quedando dicho esto, pido un chocar de copas por mí y mis noches, por haber descubierto solas la llamada hipocresía.