Hola
o adiós
porque no sé si alguna vez llegamos a empezar por el principio
o comenzamos por el final
en la etapa en la que todo debía girar entorno a tu ombligo
era tu ombligo el que giraba entorno a todas
cuando los dos debíamos correr y cabalgar por los cables
yo caminaba descalza sobre los cristales rotos de quinientos corazones anteriores
y, pese a que soñábamos cada noche con hacer poesía,
los dos sabemos que a mí siempre me ha gustado más ser el puto poema
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